Marina Pina Ciudad de Guatemala
Ciudad de Guatemala
Actualizado
"Aprender haciendo", ese es el lema bajo el que, desde hace 29 años, la Cooperación española desarrolla el Programa Escuelas Taller en los países donde tiene presencia la AECID. Con el espíritu de que jóvenes de entre 16 y 25 años de escasos recursos y en riesgo de exclusión aprendan un oficio a través de una metodología eminentemente práctica. En Guatemala se abrió la primera escuela taller en 1999, tras los efectos del huracán Mitch. Ahora, hay diez escuelas taller consolidadas en el país y tres más en construcción.
La zona 18 es la peor de Ciudad de Guatemala, la más desfavorecida, donde apenas entra la policía y las calles las controlan los narcotraficantes. Donde los jóvenes tienen mayor riesgo de exclusión, de caer en pandillas, drogas o delincuencia. Allí, desde el 19 de noviembre de 2021 la cooperación española ha creado un lugar seguro para 110 jóvenes, que se emplean en construir desde cero la Escuela Taller Norte. Son 22 mujeres y 88 hombres que, tras una experiencia práctica estos años, saldrán con un título de un oficio al que dedicar su vida. Y con una, la única, tabla de salvación. "Es una zona deprimida, donde la población joven tiene un problema de marginalidad que precisa de un tratamiento diferenciado", explica a EL MUNDOLuis Mozas, experto coordinador del programa patrimonio para el desarrollo de la cooperación española.
La falta de oportunidades en Guatemala provoca un flujo de migrantes difícil de contener. El país necesitaría crear más de 200.000 empleos anuales para absorber las incorporaciones a su mercado laboral. Y en eso esta la escuela taller, además de ofrecer un futuro a esos chicos. "Son jóvenes con muy pocas alternativas, pertenecen a familias de pobreza extrema que no pueden permitirse otra opción", explica Luis.
De la mano de este experto que lleva mas de dos décadas en Guatemala, doña Letizia pudo conocer ayer el testimonio de los participantes en el proyecto. Los chicos tienen la obligación de aportar dinero a sus casas, así que perciben una beca salario de unos 70 euros mensuales para poder formarse. El salario mínimo son 350 euros.
Allí estaba Juana Rodríguez, de 16 años, hija de una mujer que remienda ropa de otros para ganar dinero. Ella estaba "muy ilusionada" por la visita de la Reina, y le gusta mucho "la princesa Leonor". A las ocho horas diarias que pasa en el taller suma otra jornada más los sábados en un instituto, donde aprende dibujo técnico. Quiere ser arquitecta, movida por el ejemplo de su tío, el único arquitecto de la Familia, y por eso se esfuerza, para lograr una beca para el año que viene. "Mi madre me dice muchas veces que está orgullosa", cuentan con una sonrisa tímida.
Salud mental indígena
Doña Letizia había comenzado por la mañana la parte más institucional de su viaje de Cooperación. Lo hizo con un encuentro con la primera dama, Lucrecia Peinado, en el palacio Nacional. Allí, en el patio de la paz, donde cada día se coloca una rosa blanca fresca para recordar los acuerdos de paz firmados en 1999, la Reina y la esposa de Bernardo Arévalo posaron para los medios españoles y los más de 50 gráficos guatemaltecos acreditados. Ataviadas las dos con zapatillas, la primera dama por solidaridad con doña Letizia. A continuación mantuvieron un desayuno y una reunión para hablar sobre salud mental.
Acompañadas por tres ministros del ejecutivo de Guatemala -salud, trabajo y educación-, escucharon el testimonio de representantes de la asociación ja'Marill, que aborda el tratamiento integral de la salud mental a través de cosmovisión maya. En Guatemala, el 43,6% de la población es indígena y el empoderamiento de la mujer es un eje central de la Cooperación española. Tras el desayuno y la reunión sobre los retos en salud mental, doña Letizia recorrió el parque Centenario junto a la primera dama del país. La Reina vistió su ya clásico uniforme de cooperante, con el chaleco rojo de la AECID, aunque sustituyó las botas por unas zapatillas respetuosas con el pie a las que ha añadido una plantilla de carbono para aliviar los dolores por la fractura de la falange proximal del dedo central derecho. La AECID ha recuperado el espacio para crear ética a través de la estética.
Tras conocer los proyectos de Ciudad de Guatemala, la comitiva se marchó hacia el departamento de Sololá para desarrollar allí el segundo día de actividades.
